En esta fase inicial se plantean los problemas y necesidades, es por ello imprescindible la comunicación directa con el cliente, se realiza un briefing consultando documentación e investigando sobre la propuesta, de esta forma se consigue fijar un objetivo claro y una estrategia para poder alcanzar dicho objetivo con éxito.
Tras la fase inicial es recomendable establecer un pequeño periodo de asentamiento y «barbecho» de la idea, dejar dormir el proyecto, dar tiempo y libertad al cerebro, abordar el proyecto desde una perspectiva objetiva, permite poder plantear alternativas a cada problema que se plantea de forma imprevista durante esta fase.
Dar a luz el proyecto, supone haber conseguido los objetivos y espectativas que el cliente nos ha planteado en la primera fase, el exíto implica directamente la satisfación del cliente, como todo, requiere de al menos una revisión del proyecto para darlo por concluido.
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